(Nacido en
Zelazowa el 22 de febrero de 1810 - Desapareció en Paris el 17 de octubre de 1849)
Frédérick Chopin nació en Zelazowa Wola, cerca de
Varsovia, el 22 de febrero de 1810. Pronto mostró sensibilidad para la música: se
emocionaba hasta derramar lágrimas al escucharla. A los cinco años su madre y su hermana
Luisa le dan las primeras lecciones; pero cuando sin guía ninguno se aventura por el
mundo de los sonidos y comienza a componer, sus padres deciden proporcionarle un profesor
de música: éste fue Adalberto Zwyny. A los ocho años se presenta en un concierto de
beneficencia (24 de febrero de 1818). Compone algunas piezas: tres polonesas y una marcha
militar que el gran duque Constantino hizo instrumentar para banda. A los trece años toma
clases con Elsner, director del Conservatorio de Varsovia, y después entra al Liceo.
En 1829, un informe de Elsner decía: "lecciones de
composición musical: Chopin Frédérick (alumno de tercer año) extrañas capacidades,
genio musical".
Tenía Chopin, de joven, un carácter amable, alegre y
aristocrático, envuelto en una manifiesta timidez que le impedía conducirse como era;
gustaba de la música popular, al grado que él mismo relata, en una de sus cartas, cómo
fue capaz de pagar a una cantante del pueblo para que le hiciera oir una pieza que le
agradó: ésta afición suya quedaría muy marcada en su producción musical, en la cual
trasciende con rasgos no precisos, sino sentimentales, como en sus mazurkas, polonesas,
baladas, etc.
En 1825, con motivo de la visita a Varsovia del Zar
Alejandro I, tocó ante éste, recibiendo en cambio una sortija de diamantes a la cual
tuvo mucho aprecio. En este mismo año fue designado organista del Liceo y de la Iglesia
de la Visitación.
En 1826, después de haber recibido su diploma de
bachiller, va a pasar junto con su madre y su hermana Emilia, (Murió de tuberculosis el
10 de abril de 1827) que como él estaba delicada de salud, una temporada a. los barios de
Reinertz (Durnzniki) y da dos conciertos de caridad. A su regreso se inscribió en el
Conservatorio y, al año siguiente, (1827), se presentó ya como pianista en Varsovia:
así inició su carrera de virtuoso que le dio tanto renombre, aunque él no gustase, por
temperamento, de los públicos numerosos.
En 1828 visitó Berlín. En una carta dirigida a sus
padres nos pone al tanto de algunas de sus actividades en aquella ciudad, al decir:
"He escuchado primero, en la Academia de Canto, un oratorio; en la Opera, Hernán
Cortés ( de Spontini), II matrimonio secreto (de Cimarosa) y el Buhonero" (de
Onslow). He oído esas óperas con gran placer. Pero debo confesar que he sido cautivado
por La fiesta de Santa Cecilia de Händel: es lo que más se acerca al ideal de la música
elevada, tal como yo lo llevo en el fondo de mi alma. Al día siguiente deben representar
Freischütz, es la realización de uno de mis más caros deseos".
En mayo de 1829, con motivo de la visita del Zar Nicolás
I, que iba para ser coronado rey de Polonia, se hicieron grandes festejos. Paganini dio
diez conciertos y Chopin quedó maravillado ante su imponderable ejecución: le pagó su
tributo componiendo el "Souvenir de Paganini" y el estudio número 1, para
piano. El mismo año va a Viena y da dos conciertos que fueron memorables: durante su
estancia en esta ciudad fue altamente apreciado y gozó de especial estimación. Regresó
a Varsovia, visitando antes Praga, Dresde y Breslau. Sintió una amorosa pasión por la
cantante Constanza Gladkowska, que había sido su compañera en el Conservatorio. Tarda en
declararle sus sentimientos, y él se juzga enamorado de ella; pero cuando menos en su
pensamiento la tiene presente cuando escribe el "Adagio" de su concierto en fa.
Al respecto, le escribió a Tito Woyciechowski: (el 3 de octubre): "para mi desgracia
quizás, he encontrado mi ideal, que venero fiel y lealmente. Hace ya seis meses de esto,
y a aquella con quien sueño cada noche, no le he dicho una palabra. Pensando en esa bella
criatura he compuesto el "Adagio" de mi nuevo "Concerto", así como el
vals (op. 71, Número 2 en re mayor) que he escrito esta mañana". Aunque esto no le
impide sentir, en cuanto está lejos, el influjo y la atracción de otras mujeres y de sus
discípulas, al grado de emocionarse cuando tiene que tocarles las manos para corregirles
defectos, en razón de su magisterio, como lo relata en otra carta: cosas que se pueden
atribuir o bien a su extremada sensibilidad o a su exagerada timidez.
El "Concierto en Fa" es interpretado por
primera vez, por Chopin, el 17 de marzo de 1830, aunque él declara "que no produjo
la impresión que esperaba". Después de esto se dedica a terminar su "Concierto
en mi menor F' que, sin embargo, figura como número I (uno). Aun cuando sigue amando a
Constanza, todavía el 18 de septiembre no se anima a declarárselo; dice en una de sus
cartas: "De estar enamorado, llegaré a disimular durante algunos años máz un ardor
imposible de declarar hoy, desgraciadamente".
El "Concierto en mi menor" fue estrenado el 11
de octubre . Su impresión es ésta: "Mi concierto de ayer salió bien. Me apresuro a
darte la noticia y le comunico, señor, que no me sentí intimidado, toqué como si
hubiera estado completamente solo".
Los sucesos políticos lo obligaron a salir de su patria,
(a la que ya nunca regresaría), el 2 de noviembre. Aquí tiene lugar el hecho, no
suficientemente comprobado, de que, a su partida, le dieron sus amigos una copa con tierra
de su país. En cuanto a su amor con Constanza es una interrogación si al fin se le
declaró, aun cuando hubo un cambio de anillos entre ellos.
Comenzaba para Chopin una nueva etapa de su vida. En
Breslau toma parte, ocasionalmente, en un concierto efectuado el 8 de noviembre. Llega a
Viena el día 24, pero aun cuando se le recibe con amabilidad, no causa la sensación que
en su primera visita. Se pueden seguir en sus cartas los incidentes de su estancia:
"Strauss y Laner ejecuran los valses durante la cena.., para que baile la
gente". "Haslinger cree que si aparenta tratar mis obras a la ligera yo lo
tomaré en serio y se las daré gratis. Pero eso del trabajo gratuito se acabó: ahora,
¡paga animal! .... Vivo en un cuarto piso de la calle más hermosa; pero tendría que
colgarme mucho de la ventana para ver lo que sucede abajo". "Vuelvo a casa hacia
las diez o las once, a veces a medianoche...". "En realidad me siento mal, pero
no se lo escribo a mis padres; todo el mundo me pregunta qué tengo. No estoy de humor
para nada".. Da dos conciertos en esta ciudad, uno el cuatro de abril y el otro el
once de junio de 1831. Después obtiene su pasaporte con "destino a Londres, pasando
por París" y deja Viena. En Stuttgart recibe la noticia de que la insurrección
polaca ha sido derrotada, ahogando sus ansias de libertad en una ola de sangre y de
crueldades: se siente hondamente conmovido y se asegura que ahí nació su estudio número
12 para piano, (llamado "Revolucionario"), en do menor, que traduce su
inquietud, y parece pintar en su melodía un impulso heroico y doliente al mismo tiempo.
Llega a París en 1831, obteniendo permiso para radicar
allí. El príncipe Radzwill lo toma bajo su protección, lo presenta en los salones
aristocráticos, y en esta forma Chopin se convierte en el maestro de las damas de la alta
sociedad. Cultiva amistad con músicos famosos: Lizst, Rossini, Päer, Cherubini, Berlioz,
etc., y tiene un especial afecto por Bellini. También conoce a los literatos más
renombrados. Se admira del movimiento musical de París y también de su forma de vida:
"En ese paraíso uno desaparece y eso es muy cómodo: nadie se entera de la vida que
uno lleva". Quizás este ambiente le ayudó a recibir la noticia del casamiento de
Constanza, que en una carta comenta, ocupándose a continuación a relatar dos de sus
aventuras femeninas. En tanto, su importancia como compositor sigue acrecentándose: se
venden sus obras produciéndole buenas ganancias; recibe elogios de músicos como
Schumann, que alaba la originalidad de su estilo. En cuanto a fechas de sus conciertos se
presentó ante el público parisiense tocando en la sala Pleyel el 22 de febrero de 1832 y
el 20 de mayo del mismo año en el Conservatorio; el 3 de abril y el 15 de diciembre de
1833; el 4 de abril de 1835 tocó en un concierto a beneficio de los emigrados polacos. En
medio de diferentes opiniones se le reconoce como uno de los más grandes pianistas, con
una personalidad propia y sobresaliente.
En este año de 1835 volvió a ver a sus padres en
Karlsbad y esto le produjo una gran alegría. Dice así en una carta: "Nuestra
alegría es indescriptible. Nos abrazamos y nos volvemos a abrazar: ¡Qué bueno es Dios
con nosotros!... Nos paseamos dando el brazo a la señora madrecita. Bebemos, comemos
juntos, nos mimamos, nos regañamos. Estoy en el colmo de la felicidad". De regreso a
París pasa por Dresde, donde se encuentra con la familia Wodzinski, enamorándose de
María, que había sido su amiga y discípula en su infancia. Ella es descrita como muy
atractiva y culta, y sus encantos llamaron la atención, en una época, al que después
fue conocido como Napoleón III, emperador de Francia. Al año siguiente (1836) sus
relaciones se formalizan, pide su mano y obtiene el consentimiento de la madre de ella,
pero en cambio su padre se opone.
En París, a causa del estado de ánimo que su pasión le
produjo, Chopin llevaba una vida retraída, presentándose poco en sociedad y aún con sus
amigos. Una enfermedad (posiblemente resfriado agudo) que sufrió y que coincidió con esa
forma de conducta, hizo correr la versión de que había muerto. El padre de María vio en
esto un motivo más de temor para el casamiento de su hija, por lo cual continuó
oponiéndose a sus relaciones.
Cuando la ruptura con María Wodzinski era evidente,
Chopin resolvió irse a Londres: allí lleva una vida de aislamiento. Su compatriota
Kozman dice: "No conoce a nadie y no quiere conocer a nadie, excepto a mi".
Hiller escribe: "Una noche tocó soberbiamente en casa de Brodwood y luego
desapareció otra vez, a lo que parece está muy enfermo".
Pero su producción musical ha aumentado
considerablemente: estudios, mazurkas, valses, el Impromtu en la bemol, el Scherzo en si
bemol menor, la Marcha fúnebre, etc., están ya creadas.
Para evitar un escándalo emprenden, con los hijos de
George (Solange y Mauricio), un viaje a Palma de Mallorea: se sienten subyugados por el
encanto de este lugar y alquilan una casa: "Son Vent" (la casa del viento), así
como una celda en la famosa Cartuja de Valldemosa; pero con la llegada del invierno la
enfermedad de Chopin se agrava y llega hasta temerse por su vida. Emprenden un penoso
regreso a Francia, pasando por Barcelona: al fin se instalan en Marsella, donde Chopin se
mejora notablemente. Luego van a Génova y a otras partes hasta que regresan a París:
aquí se instalan en departamentos separados, pero los veranos los pasan en Nohant, la
finca de George. Esta época de su vida se distingue por la fecunda producción de los
dos. Chopin termina su "Sonata en si bemol menor", "Los preludios",
"Los tres estudios para piano", etc. Al parecer su vida fue feliz y, como se ha
dicho: "George se entregaba a su pasión con un fuerte instinto maternal, y Chopin se
dejaba mimar como un hijo que agradece las delicadezas de su amada".
Hacia 1847 la enfermedad de Chopin empeora. Para
distraerse hace un viaje a Inglaterra: en Londres dio varios conciertos que entusiasmaron
al auditorio y le hicieron reverdecer su popularidad. Estuvo después en Manchester y en
Escocia. Mas a su regreso a Londres, su estado de salud era deplorable: los médicos le
aconsejaron que se alejara de aquel clima que lo estaba matando.
En enero de 1849 regresó a París, donde reanuda sus
lecciones de piano pero tiene que interrumpirlas. En difícil situación económica recibe
anónimamente (de parte de Jane Stirling) 25,000 francos para atender sus gastos, cantidad
que sólo acepta en una parte. Sintiéndose gravemente enfermo avisa a su hermana Luisa, y
ésta viene con su marido, desde Polonia, para atenderlo de la tremenda tuberculosis que
lo llevaba a su fin. Muchos de sus amigos le prodigaban cuidados y atenciones, entre ellos
la princesa Czartoriska. En el verano va a residir a Chaitlot buscando alivio, pero en el
otoño regresa a París ocupando un departamento en el número 12 de la Place Vendome.
Allí murió el 17 de octubre de 1849, después de recibir todos los auxilios de la
religión católica. Sus funerales se efectuaron el 30 de ese mismo mes en la Iglesia de
la Magdalena, ejecutándose, según su deseo, el "Requiem" de Mozart. Fue
inhumado en el cementerio del "Pére Lachaise" y en su tumba fue arrojado un
puñado de tierra de Polonia, a la que tanto amó. |